lunes, 24 de noviembre de 2008


Foto Adriana Aroca

Música de fondo (Jingle)
Escenografía: El campo, aun sin vivienda alguna, con mucho por explorar.

(Sale un venado saltando por el escenario y los cazadores tras el disparando insistentemente, hasta que el venado logra escapar)

Inocencio: (muy enojado dice:) Estanislao, Juan de Dios!!! Es imposible que tengamos que caminar tanto para trabajar en la casería.

Estanislao: (De forma propositiva al enojo de Inocencio Estanislao dice:) hay dos opciones, que nuestra familia muera de hambre o que nos vengamos a vivir a estas hermosas tierras.

Juan de Dios: Creo que eso sería lo correcto. ¡Hagámoslo!

Narrador: Después de meses de construcción de las chozas hechas de palmicha, llegaran tres familias a habitar esa pequeña región.

Mujer 1: (Sale corriendo con un bebé en brazos) mi hijo se muere mi hijo! tiene paludismo y no se que hacer.

Mujer 2: Hágale un te de aquel árbol, me han dio que es muy bueno (señalando el árbol de Quina).

Mujer 1: Voy enseguida (Hace el agua y le da al niño que se queja insistentemente de dolor de cabeza, dolor de huesos Y escalofrío……

Narrador: La gente descubrió que con aquel te el niño recobro la vida.
El árbol de Quina se hizo muy importante, porque el paludismo era una de las enfermedades más comunes en las tierras tropicales, por eso le dieron mucha importancia a este árbol al que llamaban milagroso. Su fama corrió por otras regiones al punto de producir un gran movimiento comercial que desgraciadamente acabó con esta planta nativa.

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